Tashirojima, la isla de los gatos
En la isla Tashirojima viven más gatos que gente: apenas 100 personas, pero lo que es gatos…
Los gatos fueron introducidos en Tashirojima (prefectura de Miyagi) por primera vez con el propósito de controlar a la población de ratones, que se había convertido en una peste para las granjas de gusanos de seda locales. Cuando esa industria —y los humanos— abandonaron la isla, quienes se quedaron fueron los gatos.
A partir de 1603, durante el periodo Edo —o Tokugawa, por el shogun que gobernaba en la época—, se popularizó allí la pesca en red. Los pescadores llegaban a la isla desde otros lugares y permanecían en Tashirojima para pasar la noche. Y los gatos, que ya se habían multiplicado en número, se metían en las posadas para pedirles comida.
Con el tiempo, los hombres comenzaron a observar a los gatos, interpretando su comportamiento como predicciones sobre patrones de la pesca y el clima. Se dice que, luego de la muerte de uno de los felinos por una roca desprendida, los pescadores erigieron un santuario, que actualmente sigue en pie entre los dos poblados que conforman la isla, Oodomari y Nitoda.
Hoy, el poblado se ha convertido en una popular atracción turística y subsiste con esfuerzo, como desde hace muchos años, gracias a esa pequeña industria y la pesca de ostras.
Sus habitantes aún creen que los gatos traen buena fortuna, de forma similar a lo que sucede con la figura del maneki-neko —o “gato de la suerte”— japonés.
¿Qué te parece Tashirojima? ¿Visitarías la isla? Si te gustan los gatos, ¡tienes que ir!
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